(Aclaración: El discurso se realizará junto con los niños de la sala de 5 años con quienes se estuvo trabajando la historia de la vida de Belgrano a través de las investigaciones que realizaron junto a sus familias, pictogramas y relatos de la autora B. Goris)
Estimada comunidad educativa, queridos niños del jardín:
Estamos aquí reunidos para recordar a un personaje muy importante de nuestra historia, el General Manuel Belgrano.
Desde niño le gustaba leer mucho y estudiar junto a su familia. Siendo pequeño, viajó con su hermano a España, donde se recibió de abogado.
A Belgrano le preocupaba y se interesaba mucho por los problemas que tenía la gente que vivía aquí, en nuestro país, en esa época.
Junto a otras personas, quiso que al país no lo mandara nadie, por eso participó como vocal en la Primera Junta el 25 de mayo de 1810.
También fue designado para dirigir el ejército en la lucha en Paraguay y en la Banda Oriental. Allí tuvo la necesidad de crear una bandera que identifique y distinga a este ejército de los enemigos.
Por esto, Belgrano le escribe al Triunvirato: “Siendo preciso enarbolar bandera y no teniéndola, la mandé hacer blanca y celeste”.
Luego se hace cargo del Ejército del Norte. La Asamblea le ofrece dinero por sus victorias, pero él, lo designa para la fundación de escuelas, ya que quería que hubiese escuelas gratis para las niñas y los pobres.
La vida de Belgrano es un ejemplo de patriotismo y abnegación. No sólo fue el creador del pabellón nacional, sino que también fue fundador de escuelas y academias, paladín de la libertad de prensa, sembrador de la idea de la independencia entre los pueblos hermanos, diplomático, pacificador de provincias sublevadas, patriota honesto y virtuoso, que aceptó todas las peligrosas misiones que le encomendaron.
Fue una voluntad poderosa, un alma grande y un corazón generoso al servicio de la Patria.